El posible cierre de ocho canales de TDT pone en guardia a las grandes televisiones privadas. Pero las presiones que ejercen sobre el Gobierno no son de recibo, considerando su posición de dominio en el mercado publicitario.
El posible cierre de ocho canales de TDT pone en guardia a las grandes televisiones privadas. Pero las presiones que ejercen sobre el Gobierno no son de recibo, considerando su posición de dominio en el mercado publicitario.