Opinión

El destape empresarial

La llegada del mes de febrero supone cada año un ejercicio de destape de las empresas españolas. Las obligaciones legales que impone la CNMV fuerzan a las compañías a mostrar a sus accionistas algunos de los secretos mejor guardados durante el año. 

Véase como ejemplo, el arbitraje al que Iberdrola llevó a mediados del año pasado a Bolivia y sobre el que la eléctrica no había comentado nada en los últimos meses. Igualmente, en estas memorias anuales se pueden observar situaciones curiosas como el conflicto que heredará Repsol con Iberdrola cuando cierre la compra de Talisman Energy.

La eléctrica española reclama a la canadiense y su socio BP por un contrato de compra de gas. Igualmente, la información sirve para conocer algún enfrentamiento sorprendente como el que mantuvieron Repsol y Gas Natural a costa de un cargamento de gas en 2012. Generalmente son pequeños asuntos que pasan desapercibidos a lo largo del ejercicio, pero que en ocasiones se enquistan y pueden suponer importantes cantidades de dinero sin que medie un hecho relevante.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) acaba de hacer público su nuevo código de buen gobierno para reforzar este destape empresarial. Aunque en un principio se esperaba que estuviese listo en diciembre, el contenido final presentado hace unos días parece adecuado. Las compañías tendrán que ampliar sus explicaciones cuando no cumplan con su contenido.

Los sueldos de los ejecutivos, que suele ser uno de los puntos que más llaman la atención, tendrán cambios importantes ya que el regulador pide que el variable se cobre en acciones y a largo plazo de modo que los beneficios lleguen al accionista y, por último, exige que los directivos devuelvan el bonus si no consiguen los objetivos.

La música suena bien, pero uno duda que se cumplan todos sus extremos. Solo hay que ver cómo se valora el cumplimiento de objetivos.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky