
Las andanzas del pequeño Nicolás han hecho que los miembros del Gobierno se hayan vuelto en los últimos días muy celosos de su imagen. Una alto cargo del Ejecutivo lo deja claro en su círculo más cercano: "Antes no tenía inconveniente en hacerme fotografías con cualquier persona que me lo pidiera. Ahora, huyo de toda petición de aparecer en un selfie con una persona que no conozca".
No en vano, si de algo se cuidó Nicolás fue de crearse un extenso álbum de retratos junto a personalidades políticas y económicas, para que luego esas instantáneas le sirvieran de credencial para moverse en todo tipo de ambientes. "Me aterra pensar que alguien pueda utilizar una foto conmigo para obtener contratos", confiesa la integrante del Gobierno, segura de que Nicolás ha creado escuela.