La relación entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y José María Aznar está rota desde hace mucho tiempo. Aunque parecía que la brecha entre ambos provocaría una fuerte división interna en el PP, la realidad es que ni en Génova tienen interés en reconciliarse con el expresidente. Rajoy y su mano derecha, María Dolores de Cospedal, han dejado de tener miedo a Aznar y han llegado a una conclusión: el expresidente del Gobierno ya no da votos a la formación popular que ahora demanda otro tipo de discurso. Por ello, lejos de intentar acercar posiciones, la dirección actual del PP considera que lo mejor es mantener la distancia para evitar que Aznar pueda suponer un inconveniente de cara a las próximas elecciones de 2015 donde el PP se juega mucho.