En el siglo XXI hay tradiciones que no se entienden y menos cuando suponen un importante gasto para el Estado. Los retratos de los ministros que han pasado por estas instituciones desde 1977 y también los de todos los abogados del Estado y otros altos funcionarios arrojan facturas elevadas, en el caso de los ministros se calcula que 1,37 millones desde la llegada de la democracia. Fomento, por ejemplo, ha desembolsado 283.007 euros en esta actividad, mientras que en Justicia el gasto ha sido de 187.469 euros. Puede tener su justificación histórica, aunque no todos merezcan un lugar destacado por la labor realizada. En la era digital se puede recurrir a tecnologías, incluida la fotografía, que con un coste mucho más bajo pueden realizar la misma función sin suponer un gasto excesivo para el contribuyente que desea un mejor uso de su dinero.