
La crisis de Ucrania con las amenazas de corte en el suministro de gas por parte de Rusia, el ofrecimiento de la UE de ayudar a Ucrania a pagar el gas ruso, ponen sobre la palestra un nuevo mapa energético en el que España puede reducir la dependencia europea de Rusia. Esta vez sí podemos ser los auténticos protagonistas por disfrutar de una situación geopolítica estratégica, además de contar con las infraestructuras necesarias.
La crisis ucraniana ha generado un debate que gira en torno a si el suministro de gas en Europa puede verse amenazado o no. Más aún, esta crisis se ha convertido en el espaldarazo definitivo a un posible nuevo mapa energético que responda a la necesidad de diversificación de las fuentes energéticas y que garantice el suministro de gas en Europa. Este nuevo mapa energético pretende evitar la dependencia de Rusia, quien en estos momentos aporta el 30% del gas que consume Europa.
Abundando en este sentido, la mitad del suministro que aporta Rusia a Europa se transporta a través de Ucrania, aspecto éste que provoca la preocupación europea ante el panorama futuro de suministro energético, especialmente del gas.
El Consejo Europeo busca en estos momentos alternativas de diversificación en el suministro de gas y electricidad mediante la ampliación de la capacidad de almacenamiento y la diversificación de fuentes y rutas de suministro. Personalmente estoy firmemente convencido de que Europa afronta esta crisis mejor preparada que en ocasiones anteriores y bajo condiciones menos favorables para Rusia, quien tiene más que perder, en el hipotético caso de que la UE cumpla su objetivo de reducir la dependencia energética, y ahora hay alternativas para ello.
Europa debería incrementar su producción doméstica, acelerar el establecimiento de reservas estratégicas e incrementar las interconexiones comunitarias para mejorar el suministro, lo que maximizaría la diversificación de fuentes y minimizaría los costes de almacenaje, reduciendo la dependencia de Rusia, la cual, especialmente después de la crisis de Ucrania está amenazando gravemente el suministro de gas a Europa.
España, debido a su situación geográfica, juega un papel protagonista que puede permitir que Europa cumpla esos objetivos al ofrecer un punto de conexión con el norte de África. Adicionalmente, el almacenamiento y las plantas de regasificación con las que cuenta actualmente nuestro país nos sitúa en una posición muy favorable.
Estoy convencido de que España puede convertirse en estos momentos en la nueva puerta del suministro del gas que consume Europa. En efecto tenemos la posibilidad de impulsar el negocio en este área ya que nuestras plantas de regasificación operan en la actualidad tan sólo al 25% de su capacidad.
Sin embargo, para aprovechar esta coyuntura geopolítica, sería necesaria la acción coordinada y decidida de administraciones y empresas, de modo que no se desperdicie esta oportunidad única para ser protagonistas del futuro europeo.
Miguel Viejo, socio de Accuracy España.