En España, la inversión a largo plazo en capital productivo llevada a cabo por empresas extranjeras supone un papel esencial. En 2012, el stock de inversión extranjera directa representaba el 47,9 por ciento del PIB y, desde hace años, España ocupa las primeras posiciones en el ranking de las economías que más inversión exterior reciben por delante de EEUU u otros países de la Eurozona. Una posición que le ha ayudado a soportar la crisis actual.