Si durante el fin de semana el fin de la Liga BBVA hizo que la campaña europea y la política económica se volvieran invisibles, el tiempo que falta para ir a las urnas tiene todos los visos de que el fútbol será lo que brille. No es ya que los ciudadanos prefieran pensar en el deporte rey antes que en la política, y que se encuentren bares y centros comerciales engalanados con la final de la Champions que disputarán el sábado los dos principales equipos madrileños, sino que las instituciones impulsan con entusiasmo ese interés. El Ayuntamiento de Madrid se engalana estos días con gigantescos escudos del Real Madrid y Atlético y el presidente de la Comunidad, Ignacio González, a punto estuvo de instalar una pantalla gigante en Sol, compartida por las dos aficiones. Todo sea para que la exasperante lentitud de la recuperación económica no sea el tema de preocupación.