
Desde 2007 los consejeros de IFA-Idea sabían que en las subvenciones había irregularidades y no lo denunciaron.
La Consejería de Empleo y la Agencia andaluza IFA-Idea -el vehículo por el que la Junta canalizaba las ayudas- sabían que el importe de las subvenciones superaba lo presupuestado para las mismas. Esta es una de las acusaciones que se infieren del auto de la juez Alaya.
Desde 2007, los consejeros de la entidad, entre los que se contaban relevantes figuras del mundo económico andaluz, como el presidente de Unicaja, Braulio Medel, tenían conocimiento de lo que estaba sucediendo. Aun así nadie en esos años denunció las irregularidades y todos prefirieron acogerse a una especie de omertá que les hizo cómplices de la trama.
Llama la atención que el presidente de Unicaja, a pesar de pertenecer al consejo de IFA-Idea desde 2001 a 2008, sólo asistiera a 3 de las 32 reuniones celebradas por el organismo. Medel delegó el voto en el presidente cada vez que excusó su asistencia, salvo en dos ocasiones. Precisamente una de estas, la celebrada en 2007, es donde la juez cree que los miembros del consejo tuvieron constancia del fraude que se estaba perpetrando. Las casualidades no existen y las actas de las reuniones, como los presupuestos, están para ser leídas por los miembros del consejo. No haber votado no exime a Medel de su responsabilidad por haber mirado hacia otro lado y contribuir con ello a encubrir un posible fraude. Hubiera podido renunciar al consejo y denunciar lo que estaba pasando. Al no hacerlo se convirtió, como los demás consejeros, en un instrumento necesario.