Acostumbrados a un país donde nadie dimite, sorprende positivamente la decisión de Saz. El consejero de Economía ha dejado su cargo tras incumplir el objetivo de déficit de 2013. Una actitud noble que debería ser ejemplo.
Acostumbrados a un país donde nadie dimite, sorprende positivamente la decisión de Saz. El consejero de Economía ha dejado su cargo tras incumplir el objetivo de déficit de 2013. Una actitud noble que debería ser ejemplo.