FINANCIAL TIMES (REINO UNIDO)
Hace casi dos años, en el apogeo de la crisis de deuda soberana, los líderes de la UE se comprometieron a reforzar el sistema financiero de la zona euro y a construir una unión bancaria que beneficiase a todos. El objetivo era acabar con las relaciones insanas entre los gobiernos y los bancos que habían resultado catastróficas para países como España e Irlanda. Sin embargo, este propósito no se ha cumplido. Alemania se ha opuesto a construir un sistema que proteja a los pequeños depositantes en caso de quiebra. Una decisión que perjudica a los países más dañados por la crisis.