Opinión

Montoro no deja de subir impuestos

Cristóbal Montoro

El ministro olvida que él mismo antes defendía la necesidad de bajar impuestos para aumentar la recaudación.

Las empresas españolas tienen muy difícil competir cuando obtener financiación es más caro y soportan una presión fiscal un 8 por superior a la de las compañías europeas. A pesar de las condiciones adversas, muchas han salido adelante gracias a los ajustes realizados y a la dolorosa devaluación salarial que han soportado sus trabajadores. El problema es que la voracidad fiscal del Ejecutivo puede dar al traste con todo ese esfuerzo.

Desde que llegó al Ministerio de Hacienda, Cristóbal Montoro -cuyo santo y seña, según decía en agosto de 2011, era bajar impuestos- no ha hecho si no elevar la presión fiscal. Una vez ubicado en la calle de Alcalá, el ministro olvidó que él mismo justificaba la necesidad de bajar la tributación para aumentar la recaudación. Montoro también desoyó las recomendaciones de Bruselas que aconsejan subir IVA y bajar cotizaciones sociales. Hasta la fecha se han tomado 41 medidas que suponen subidas de la aportación que hacen ciudadanos y empresas, principalmente en impuestos directos. La clase media y las pymes han soportado la mayor carga fiscal, lo que ha tenido efectos muy negativos sobre el consumo y la competitividad.

La última subida de cotizaciones supone una carga de profundidad contra los costes laborales con graves consecuencias para el empleo. Paradójicamente, mientras la Administración es incapaz de reducir el gasto, pide más esfuerzos a los contribuyentes. Con estas subidas continuadas -cuando lo que se necesita es una reforma fiscal que amplíe la base de contribuyentes y baje tributos- el Gobierno ralentiza la recuperación, atenta contra el empleo y fomenta la economía sumergida. La peor receta para dejar atrás la crisis y recaudar más.

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