Opinión

Palos en la rueda

En el contexto actual lo mínimo que quizá se podría pedir al Gobierno es que no metiese palos en la rueda del crecimiento o de la recuperación económica. Sí, efectivamente, es evidente que salir vamos a salir de la recesión. Dejar la recesión es tan solo contar con un trimestre, después de al menos dos, en el que no caiga la actividad, o sí como creo que va a ocurrir que el trimestre registe un pequeño crecimiento negativo, pues todavía mejor.

Ahora bien como todo el mundo se ha cansado de decir, este no es un contexto de recesión normal, este es el de una fuerte caída de la actividad que podríamos llamar depresión, no basta con certificar la defunción de la recesión, sino luchar activamente contra la crisis. Se nos han lanzado mensajes una y otra vez que el Gobierno intenta apoyar el repunte económico, la recuperación, pero uno va viendo día a día sectores, matices, desarrollos y medidas que llevan a dudar una y otra vez de las intenciones.

Si nos fijamos en el sector exterior, la balanza comercial, allí donde más pecho saca el Gobierno, se tiene la sensación que el Ejecutivo no ayuda, sino que ha sido la caída de la demanda interna la que ha obligado a nuestros empresarios a salir fuera. Desde el Gobierno se puede y se debería hacer mucho más por la internacionalización de nuestras empresas, en este sentido llama la atención el cambio fiscal del Impuesto de Sociedades.

Me estoy refiriendo a que a partir del próximo año las empresas no se podrán deducir los resultados negativos que la empresa tenga como consecuencia de su salida a otros países, los establecimientos permanentes ubicados fuera de nuestra fronteras. La medida puede pasar desapercibida, sin embargo cuando una empresa quiere salir afuera, necesita desarrollar una red de ventas que hasta su maduración generará pérdidas y que por tanto debería compensarse con los resultados obtenidos dentro de nuestro país.

Sin esa red de ventas podemos pensar más que los clientes vendrán desde fuera a comprar que realmente la empresa tenga una política de apertura exterior. Cuando una empresa sale al exterior, hacen falta fondos que sostengan sus ventas y aquí el Gobierno mete un palo en la rueda de la internacionalización.

Si miro los presupuestos y me centro en la partida de Fomento, aquella que nos indica si podemos o no considerar los presupuestos como expansivos, vemos que se ha sido especialmente duro, nuevamente, con esta cartera. Déjenme un inciso, actualmente el crédito o la inversión al sector privado es escasísimo sino hay que decir que es nulo, por tanto ante esta premisa de donde puede venir el aumento del empleo, todo parece conducir al Ministerio de Fomento y de la obra pública.

Pues bien en este sentido el recorte en esta materia ya se empieza a cifrar y puede rondar los 1.000 millones de euros. La obra pública ha sido siempre un motor del empleo, además de aportar infraestructura necesaria para intentar dar impulso al crecimiento. Por tanto en este aspecto también todo parece indicar que metemos palos en la rueda del empleo.

Por otra parte, la creación de empleo y de la actividad económica se realiza a través del sector privado. Como todos sabemos, de aquí al final de año nuevamente volverán a subir impuestos o si prefieren retocar algunas partidas. La elevación de los impuestos ha sido increíble, durante el período en el que el Partido Popular ha asumido las riendas de este país, por cierto ganó las elecciones llevando en su programa la no subida de impuestos.

Pues bien en el Informe Económico y Financiero que se anexa a los Presupuesto Generales la elevación de la carga fiscal en los dos años que lleva ha sido de más de 27.000 millones y se espera continúe aumentando. Uno de los motores del aumento de la actividad es expandir la renta disponible, con el aumento de la carga financiera y la caída de los salarios el efecto es justo lo contrario.

Pero además, si tenemos en cuenta que el sector privado está endeudado hasta las cejas y la amortización de la deuda contraída es un gasto no renunciable, el efecto sobre el consumo es aún más demoledor. Desde luego que con la supresión de deducciones, desgravaciones, retoques a productos en el IVA es previsible que las bases imponibles aumenten, pero habrá que ver el efecto real que ello tiene. Eso sí, mientras nos sube la presión fiscal, nada se va a hacer sobre la lucha contra el fraude fiscal, algo a lo que hay dedicar todo el esfuerzo posible, máximo cuando nuestro país encabeza ránking de este concepto. Nuevamente palos fiscales en la rueda del crecimiento.

Son tan sólo tres ejemplos de lo que parece claramente algo más que una posibilidad. Estos presupuestos se han realizado para cuadrar cuentas, intentar cumplir con el déficit, pero difícilmente podemos creer que van a ayuda a la recuperación como se nos está diciendo, demasiados palos. Pero además es que estos presupuestos contienen peligros adicionales como son que nuevamente se recurrirá a la hucha de las pensiones, es decir a pensiones futuras, para pagar las actuales.

Los nuevos pensionistas se incorporan con pagos más altos que la media que tenemos, cae la población activa, no aumenta la natalidad pero si la esperanza de vida, de verdad alguien cree que no tenemos un problema en la Seguridad Social, no para los que actualmente cobran, sino para los que tendremos que cobrar en el futuro y quienes tendrán que contribuir a nuestras pensiones. Sinceramente, demasiados palos en la rueda.

Miguel Ángel Bernal Alonso, profesor y coordinador de departamento de investigación del IEB.

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