Opinión

El efecto limitado de los JJOO

Mariano Rajoy

Las Olimpiadas estimulan la inversión pública puntualmente y también pueden lastrar los presupuestos por años.

Esta noche se despejará la incógnita sobre la ciudad que albergará los Juegos Olímpicos 2020. Madrid, Tokio y Estambul se disputan ser la sede de los mismos y se empieza a decir que puede tener un impacto muy favorable sobre la recuperación económica, ahora que estamos a punto de abandonar la recesión.

Si la candidatura madrileña obtiene el apoyo del Comité Olímpico, es innegable que impulsará una oleada de optimismo, que es un factor psicológico importante para la economía. Está comprobado que tras la designación, la bolsa del país correspondiente suele subir durante unas semanas. También se ha corroborado que luego el efecto se disipa. Los Juegos estimulan la inversión pública y generan empleo durante un tiempo, pero si el sector privado no considera que después sigue siendo interesante invertir, el efecto también desaparece. Lo mismo sucede con el empleo, creado con motivo de este acontecimiento, que suele ser muy temporal y se destruye al terminar las competiciones.

Los sectores más favorecidos son el turismo y el inmobiliario, pero la deuda contraída por las administraciones en la mayoría de los casos lastra los presupuestos durante años.

La propuesta que presenta Madrid parece bastante equilibrada, pero no es suficiente para asegurar el éxito económico de la organización de los Juegos. Como tampoco sirve para considerar que nos va a ayudar a crecer más rápido.

Las Olimpiadas tendrán un influjo económico puntual ahora y en el momento en que se celebren, pero muy limitado. La receta para superar la crisis pasa por la modernización de la economía y la perseverancia en alcanzar el equilibrio presupuestario y reducir la deuda. Unas propuestas menos vistosa, pero más segura.

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