La Diputación de Ávila se gastó 9.000 euros en la celebración de un pleno extraordinario. El pleno se celebró en Arévalo el 14 de junio, duró doce minutos y se aprobó también la reunión de dos plenos extraordinarios anuales en otros tantos pueblos de la provincia para tratar cuestiones relacionadas con el patrimonio local. Tras el pleno, los diputados y el alcalde de la localidad visitaron una exposición y comieron en un restaurante que también pagó la Diputación. Los diputados cobraron 400 euros por la excursión. Un gasto innecesario, cuando la clase política debería dar ejemplo y pone de manifiesto el error del Gobierno de potenciar las diputaciones que tienen menos control que otras de instituciones.