NCG y CatalunyaBanc se tenían que haber liquidado. Los contribuyentes perderán los 25.000 millones de saneamiento.
La tardanza en tomar las decisiones adecuadas y algunos errores de cálculo están encareciendo el coste del saneamiento del sector financiero. El Frob ha decidido acelerar la subasta de Novagalicia y CatalunyaBanc debido al deterioro de su balance y a que no han surgido las buenas ofertas que esperaba por ellas. Se rechazó aplicar a estos dos bancos un Esquema de Protección de Activos (EPA) para no gastar más dinero de los contribuyentes. La realidad se ha impuesto y ahora se aceptará ofrecer garantías adicionales. La pregunta es por qué ha habido que esperar tanto para entender que vender cuanto antes estas entidades o liquidarlas era la forma de que el proceso resultara menos costoso.
La venta de NCG y CatalunyaBanc supone materializar unas pérdidas que ya alcanzan los 25.000 millones y posiblemente llegarán a los 30.000, igual que lo que hubiera costado liquidarlas.
La intromisión de los intereses políticos ha dificultado la toma de decisiones adecuadas. Todavía ayer, Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta, criticaba al Banco de España que hubiera tratado de fusionar las cajas gallegas -Caixa Galicia y Caixanova- con las de otras CCAA. Sin ver que su opción por mantener la galleguidad de ambas era todavía peor. Cuatro meses después de haber dicho que el ajuste había concluido, persiste la incertidumbre porque hay muchas dudas sobre el efecto de la sentencia sobre las cláusulas suelo; las provisiones por créditos reclasificados, y por los próximos test de estrés.
Se han salvado muchas entidades que debieran de haberse liquidado, porque no eran sistémicas sin que nadie se sienta obligado a explicar a los contribuyentes que no van a recuperar la ayuda prestada a estas dos entidades.