El celo del fisco por cazar cada "euro en negro" le ha llevado a colarse hasta en las bodas. En los últimos meses, se han multiplicado los casos de parejas que, después de casarse, reciben en su domicilio la visita de un inspector de Hacienda solicitando las facturas del banquete, las flores, los trajes, etc. La multa a la que se enfrentan de no presentarlas, podría ascender hasta 600 euros por obstrucción a Hacienda. El organismo dependiente de Cristóbal Montoro vuelve a poner la lupa sobre el pequeño contribuyente, cuando debería usar los recursos de la inspección en luchar contra las grandes bolsas de fraude dentro y fuera de nuestras fronteras.
Montoro: "No hay margen para bajar los impuestos"
