
¿Europa prestará el dinero a Eslovenia o tendremos la segunda entrega de terror de la película "los depositantes pagan dos veces"?
Parece que el run run de mercado no termina con Chipre, y como en el final de toda mala película de suspense, se ha dejado entrever un último fotograma con la palabra "Continuará". ¿Quiénes son los próximos candidatos para protagonizar las siguientes entregas? Tristemente tenemos unos cuantos y esto cada vez se parece más a Eurovisión. Uno de los más votados, con 10 puntos, es Eslovenia. La diferencia con el popular concurso musical reside en que en el mercado financiero la nota viene marcada por la rentabilidad de sus bonos a 10 años, que ya está en niveles del 6 por ciento, y recordemos para que sirva de referencia que la deuda portuguesa a ese plazo se sitúa en el 6,25 por ciento.
No se trata de un país excesivamente endeudado, de hecho, podríamos decir que está en niveles de deuda cómodos con un 52 por ciento sobre PIB. En este caso el problema es otro. Debemos recordar que tras separarse de la Unión Soviética y de la antigua Yugoslavia, Eslovenia fue el único país que decidió no privatizar su sector financiero. El Estado se lo quedó al 100 por ciento. Tras la crisis de 2008, y en especial tras el estallido de su propia burbuja inmobiliaria, comenzaron las pérdidas viéndose forzados a final del año pasado a crear un "banco malo". Actualmente éste último tiene unos préstamos de dudoso cobro por más de 7.000 millones de euros y desde Ljubljana se ha reconocido que las necesidades de financiación son de 3.000 millones para este año.
¿Con su bajo nivel de deuda no podría rescatarse a sí mismo? En realidad hasta hace poco no habría sido problema, pero tras los recortes aplicados del programa ordenado por el FMI y el entorno de crisis europeo, sus expectativas de crecimiento se han hundido hasta unos niveles cercanos al 3 por ciento. Con crecimientos negativos, como bien sabemos por otros países de la eurozona, el rescate no es nada fácil. La primera opción podría ser que el "banco malo" declare suspensión de pagos, pero lo peculiar aquí es que el accionista es sólo uno y se llama Gobierno. ¿Y quiénes serían los siguientes en pagar los platos rotos si ésta se acepta? Por orden de prelación les tocaría a los "bonistas", pero como brillan por su ausencia, lamentablemente huele a mezze chipriota como aperitivo de unos atemorizados depositantes. No parece que actualmente sea un tema urgente, y probablemente se posponga a 2014, pero este río suena porque agua lleva. El Estado, con su recién estrenada primera ministra Alenka Bratunek, niega la necesidad de ayuda europea aunque las necesidades de financiación comienzan a estar latentes. Un ejemplo claro fue la reciente emisión de letras a seis y doce meses en la que se esperaban adjudicar 100 millones de euros y apenas se colocó el 56 por ciento.
A Eslovenia, ese pequeño país con 2 millones de habitantes pero que representa el 0,4 por ciento del PIB europeo (el doble que Chipre) le queda una carta para ganar tiempo. Tratará de refugiarse con la privatización de Telekom Slovenije, la operadora nacional, a la que pueden seguir las compañías energéticas (Zavarovalnica Triglav y Petrol Group) o los dos grandes bancos estatales (Nova Ljubljanska Banka y Kreditna Banka Maribor) pero el mercado ya empieza a tener miedo. El CDS a 5 años, indicador de riesgo de referencia, llegó a tocar los 440 puntos básicos y el temor ya está en la mente de todos los inversores.
¿Europa prestará el dinero a Eslovenia o tendremos la segunda entrega de terror de la película "los depositantes pagan dos veces"?