A veces, se confunde por virtuosa perseverancia lo que no es sino latosa obstinación. Es el caso de ciertos eurodiputados independentistas catalanes de CiU, ERC e ICV, que han superado estos días los niveles de audacia a los que nos tienen acostumbrados. Diríase que los separatistas, desanimados por la obligación de seguir los cauces legales para promover sus objetivos, miran a Bruselas con ojos de cordero degollado, creyendo que les puede servir de prestigioso atajo. Así que, no contentos con solicitar a la UE que impidiese la "intervención militar" en Cataluña en caso de referendo -una boutade que ha costado el puesto a su proponente, la socialista Maria Badia-, han bombardeado a los diputados de la Eurocámara con toda suerte de invectivas contra España -que incluyen un recordatorio de la tendencia del Ejército español a bombardear las ciudades catalanas-. Es difícil imaginar una manera más absurda de menoscabar nuestra imagen en Europa.