DER SPIEGEL (ALEMANIA)
Helmut Kohl solía hablar de las dos caras de una misma moneda: la unidad de Alemania y la de Europa. Su fórmula, sin embargo, resultó ser falsa. La unidad alemana no es el reverso de la unidad europea, sino más bien su antítesis. No es sólo una de las causas de la crisis europea, sino también el origen de nuestra incapacidad de salir de ella. Esa es la tragedia del excanciller: su gran obra política -la reunificación alemana- producía la destrucción de su sueño más grande -la unidad europea-. La reunificación precipitada del país costó cerca de 2.000 millones de euros de transferencias sociales. Es el ejemplo más patente de mala gestión económica, que el desastre europeo está a punto de batir.