Opinión

La 'vuelta al cole' de Rajoy

La bolsa ha subido alrededor del 12% y la prima de riesgo ha perdido unos 51 puntos desde que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reconoció a finales de julio que España estudiaba acogerse al fondo de rescate para poder hacer frente a los pagos de su deuda.

El aplauso de los mercados muestra que es mejor reconocer los problemas, en lugar de encubrirlos, como hemos hecho en los últimos años. Además de destaparlos se deben tomar medidas para atajarlos, porque si no, servirá para poco su reconocimiento.

La segunda lección, por tanto, para el Gobierno es que debe tener mano dura para lograr que se cumplan las previsiones de déficit y no defraudar de nuevo. Muchos creyeron, por ejemplo, que el desafío del consejero de Economía de la Generalitat, Andreu Mas-Colell, al negarse a asistir al Consejo de Política Fiscal y Financiera iba a contribuir a empeorar nuestra imagen en el exterior y causar un gran revuelo en los mercados. Sin embargo, ocurrió todo lo contrario. Éstos no entienden de soberanismo o de independencia, sino de compromisos de los Gobiernos para cumplir con su palabra.

El Gobierno de Rajoy, primero con el objetivo de déficit para este año y luego con la banca, encubrió los problemas. Por eso ahora no debe temblarle el pulso para intervenir cualquier autonomía que se desvíe de su compromiso sea del color político que sea. Tampoco debe ceder un centímetro en el pulso que le echarán este otoño los sindicatos. El precedente más cercano es el del exprimer ministro griego, Yorgos Papandréu, que decidió convocar un referéndum sobre los recortes, pese a que había sido elegido con mayoría absoluta. Hoy los socialistas griegos son la tercera fuerza política, por debajo de la izquierda comunista, que hasta ahora tenía un peso insignificante entre la opinión pública helena.

El presidente Rajoy concluyó esta semana unas cortas vacaciones en Pontevedra, su tierra natal. La tarea que tiene por delante es inmensa. El Gobierno no tiene prácticamente liquidez para hacer frente a los gastos corrientes, como el pago de la nómina de los funcionarios, a partir de octubre. Las condiciones que negocie con el Banco Central Europeo (BCE) y con Bruselas para que nos ayuden en la colocación de la deuda son esenciales para evitar la quiebra del Estado o su salida de la moneda única. Así de claro.

La Comisión Delegada para Asuntos Económicos debe aprobar este mes las condiciones para que los Ejecutivos regionales puedan acogerse al Fondo de Liquidez de las Administraciones (FLA). A cambio el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, exigirá el acceso a las cuentas autonómicas de forma casi automática para evitar sorpresas, como la del último trimestre de 2011, en las que todas las autonomías excedieron sus límites. Es igual que lo que pide Bruselas a España.

Todo indica que, además de Cataluña, Murcia y la Comunidad Valenciana, en breve se sumará Andalucía a la lista de peticiones de ingreso en el FLA, además de Castilla-La Mancha.

El Consejo de Ministros de la semana que viene también debe abordar la reforma energética, otra de las exigencias de Bruselas para acabar con déficit eléctrico. La enorme trifulca entre Montoro y el titular de Industria, José Manuel Soria, dejó la solución en manos del presidente. Ya les adelanto que es imposible tomar una decisión salomónica que satisfaga a eléctricas y renovables a la par. Se avecina una gran bronca. Varias compañías eléctricas o renovables amenazan con llevarse su sede y sus inversiones fuera de España si se lesionan gravemente sus intereses.

Con un círculo rojo en la agenda de Rajoy debe de estar marcada la urgente creación de un banco malo que adquiera los inmuebles de las entidades nacionalizadas a precio de saldo. Una iniciativa que genera grandes dudas en el sector y cuyo desarrollo marcará el éxito o fracaso del rescate bancario.

Asimismo, el próximo Consejo de Ministros prorrogará la ayuda de 400 euros para los parados que agoten su prestación. El ministro Montoro tuvo que dar marcha atrás para no soliviantar más a los sindicatos y a la oposición. La ayuda no estaba presupuestada, con lo que habrá que incrementar los recortes en alrededor de 600 millones de euros para mantenerla en vigor.

En paralelo, el presidente tiene una completa agenda internacional que incluye una visita al primer ministro de Finlandia, quien debe dar su apoyo al rescate de España, ya que las ayudas del actual Fondo de Estabilidad exigen unanimidad. Rajoy quiere inaugurar el curso político con la vistosa cumbre hispano-alemana prevista para comienzos de septiembre en Madrid.

El evento incluye una visita de la canciller Angela Merkel a Madrid, en la que manifestará el apoyo expreso a las reformas españolas. De la habilidad de Rajoy y de su firmeza con las autonomías, agentes sociales y su propio Gobierno para realizar los ajustes depende el futuro. La pena es que todo tenga que ponerse al borde de la ruptura para que mejore.

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