A ningún gobierno le hace gracia una fuga de capital nacional hacia otros países. Pero ésta es, parece ser, la difícil situación que maneja Hacienda. Ante la imparable salida de dinero a los bancos extranjeros, que aparentemente ofrecen una mayor seguridad, el Gobierno ha enviado a las entidades financieras una orden por la cual deben alertar si un cliente retira más de 6.000 euros. Según se dice, estas instrucciones llegaron a los bancos hace unas tres semanas, y justifican su contenido alegando que se necesita "ampliar la información existente" sobre la retirada de efectivo. Antes sólo se alertaba si el importe superaba los 10.000 euros.