El Gobierno estrecha su escrutinio sobre la actividad económica generada por el fútbol. Los clubes deben al Estado 1.000 millones de euros, lo que es difícilmente justificable dadas las circunstancias. El Ministerio de Hacienda dirige ahora el foco a los jugadores, y en particular a aquéllos de ganancias más sustanciosas, como Cristiano Ronaldo o Leo Messi. La Agencia Tributaria les exige que presenten las facturas de todas las actividades que realizan para cotejarlas con los datos de las empresas patrocinadoras. Es una lástima que semejante diligencia no se haya mostrado hasta que los problemas económicos del Estado se han vuelto acuciantes.