
En caso de pérdida de los 6.450 puntos del Dax30 puede haber miedo y convendría ponerse el casco.
Ya conoce ese viejo aforismo del mercado que sugiere alejarse del mercado en mayo y volver en la parte final del ejercicio. Hay que reconocer que el año pasado, como en muchas otras ocasiones, la historia funcionó como un reloj. Y llega el de 2012 y nos recibe con notables descensos después de un abril que, al cierre, liquidó de un plumazo todas las dudas que habían generado las primeras semanas gracias a la cornada alcista de la que le hablé hace unos días. Hablo del mercado, que no del Ibex 35, lógicamente.
2011 fue un ejercicio realmente complicado, con subidas aceptables para el conjunto hasta el mes de abril y un desplome posterior que dejó a más de uno tiritando. De momento, 2012 está siguiendo el mismo patrón, pero realmente sería muy sorprendente una repetición de la jugada porque eso es algo que hay que calificar de atípico.
Debo reconocer que existen resistencias muy fuertes en el largo plazo tanto en un Nasdaq, que ha recuperado el 50 por ciento de lo que se perdió con el pinchazo tecnológico justo en los máximos marcados en marzo, como en un S&P 500 que ha vuelto a los máximos de 2008 en su versión total return. Sin embargo, la situación técnica de 2012 es, más allá de los gráficos al uso, mucho menos propicia a los bajistas a nivel de lo que se llama el breath de mercado; algo que podríamos considerar como el contexto, que no es tan favorable a los bajistas.
Este año, a diferencia de lo que sucedió en los primeros meses de 2011, no tenemos extremos en las encuestas de sentimiento, ni divergencias allí donde preocupan salvo en algún ratio y en el conocido VIX, índice de volatilidad que sí ha hecho ciertas cosas negativas para los alcistas en zona de gran soporte a medio/largo plazo -es sabido que se suele mover al contrario de lo que lo hacen las bolsas de renta variable-. Sin embargo, no debe descartarse nunca nada sino todo lo contrario. Por lo que en caso de pérdida de los 6.450 puntos del Dax30 puede haber miedo y habrá que ponerse casco.