De mi adolescencia recuerdo la canción de Matt Monro Vete, por favor. El cantante británico repasaba, con cierta caballerosidad, todo hay que decirlo, una relación amorosa y concluía pidiendo a la que había sido su amada que se marchara? por favor.
Guste o no, esa es la misma situación en la que se encuentran España y el PSOE en relación con ZP. La primera, desde luego, ha sufrido lo indecible por su gestión, que se traduce, entre otras circunstancias, en la aniquilación del orden constitucional gracias al Estatuto de Cataluña, en la presencia de ETA en las instituciones, en el desplome de nuestra economía y en más de cinco millones de parados. Todo eso se vio venir desde el principio, por mucho corifeo pro-ZP que poblara las tertulias televisivas negándolo.
En el caso del PSOE, el daño derivado de la presencia de ZP ha tardado más en ponerse de manifiesto. Por un lado, el partido socialista se mantenía mal que bien en sus feudos históricos; por otro, los más diversos inútiles procedentes de las zahurdas de los lobbies gay y feminista habían llegado a escalar puestos que sólo podían ser usados a mayor gloria del caudillo.
Pero entonces llegó el 22-M y el PSOE ha conservado apenas unos jirones de lo que fue un extraordinario poder territorial. Más allá de la diputación de Ciudad Real, el ayuntamiento de Cuenca y Extremadura, casi todo es páramo y, como no podía ser menos, en el PSOE han salido a relucir las navajas porque, quien más quien menos, nadie está dispuesto a jugarse el futuro para que Leire Pajín o José Blanco sigan siendo ministros unos meses más.
La verdad es que hemos llegado al final del camino, y ni España ni el PSOE se pueden permitir soportar a ZP un minuto más a menos que asuman nuevos y peores desastres procedentes de su cejuda persona.
Que lo que diga España le importa una higa al presidente es cosa sabida, pero el PSOE es otro cantar. Por eso, los camaradas deben decirle: "José Luis, vete , por favor", o atenerse a un futuro político comparado con el cual la travesía del desierto de la derecha española tras UCD sería una excursión de ursulinas.
César Vidal. Historiador y director del programa La Noche de Es.Radio.