Los números rojos públicos son una de las debilidades comunes a Portugal, Irlanda, Grecia y España. Pese a los recortes practicados, el trabajo de reconducir los desequilibrios será hercúleo, amén de impopular. En el caso español, las elecciones pueden abrir una oleada de afloraciones de los agujeros ocultos que compliquen satisfacer la previsión de la UE.