El presidente de ACS, Florentino Pérez, ingresa más de 110 millones por sus opciones sobre acciones. Estos premios se justifican en que las empresas deciden ligar la paga de sus ejecutivos a la marcha de los títulos.
Es decir, se considera un modo de asegurar que los directivos cuidan al accionista. Y eso es una práctica muy lícita. Pero en algunos casos estas retribuciones se han desnaturalizado.
Pérez y su equipo van a recibir unos 600 millones sin que hayan sido vinculados a objetivos de la empresa. La compañía sencillamente les brinda acciones aproximadamente a la mitad del precio.
Así que la ganancia está garantizada y poco importa que en ese periodo las acciones hayan perdido un 15 por ciento. Semejante premio no está justificado y supone una afrenta para el inversor de ACS.