Opinión

Editorial: Otro sinsentido de Salgado

La reordenación del mapa de cajas se ha saldado con la salida de 12 gestores. Se desconoce el importe de sus indemnizaciones, salvo en tres casos: Blesa (Caja Madrid), García Montes (Caja Inmaculada) y Lagartos (Caja España).

La opacidad sobre los retiros, en su mayoría dorados, de los responsables del debilitamiento de las cajas alcanza un grado superior si tenemos en cuenta que los datos conocidos no son fruto de la transparencia de las entidades, sino de denuncias de los sindicatos o de informaciones de la prensa.

La gestión de estas instituciones fue, en gran parte, la responsable de su declive. Las cajas pecaron de politización, consentida y rentabilizada por muchos de sus directivos, pese a que implicara su instrumentalización por parte de los gobiernos autonómicos. También pecaron de apetito inmobiliario, megalomanía y cortoplacismo. No contaban con una crisis que evidenciara sus desmanes.

Pero varios gerentes de los que las metieron en tal brete siguen en ellas o en sus tentáculos y otros han salido con suculentos premios. Blesa se llevó 1,8 millones tras su alegre gestión de la caja madrileña. No se llevó más, con un plan de bonus a medida, porque lo impidió su sucesor. Y el Gobierno, que pudo haber actuado, revela de nuevo sus sinsentidos.

Aunque Salgado aboga por la claridad y por limitar las retribuciones de los banqueros, en línea con el G-20, no ha legislado en tal dirección pudiendo hacerlo. Dice una cosa y hace otra, mientras paga el Frob. O sea, el contribuyente. Resulta impresentable tanta opacidad. Se trata de dinero público y debemos conocer su destino. El Banco de España debería exigirlo.

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