Parece que estamos más cerca de que, por fin, se materialicen las ansiadas inversiones qataríes en nuestro país.
La clave podría estar muy cerca. Concretamente, en La Zarzuela. Y es que, al parecer, el rey don Juan Carlos ha tomado las riendas y ha asumido las funciones de embajador de nuestras compañías.
Y claro, con semejante portavoz, los jeques árabes confían en el potencial de las empresas del Reino de España. Realmente comprometido.