El inmovilismo es el principal enemigo de un Sistema Nacional de Salud que se tambalea. No se puede cerrar los ojos durante más tiempo ante un modelo que acumula una deuda superior a los 10.000 millones de euros. Cuando se cumplen 25 años de la Ley General de Sanidad que descentralizó el sistema, es urgente reformarlo sin descartar ningún debate de antemano.
El presidente murciano ha abierto fuego con el manido copago y tuvo que rectificar por la presión de las críticas. Los expertos también reclaman la recentralización del sistema para aprovechar economías de escala y no romper la unidad del mercado. Son algunas de las reformas planteadas que no se pueden posponer por más tiempo. Otra cosa será condenar uno de los principales logros sociales.