CORRIERE DELLA SERA (ITALIA)
Es justo discutir sobre el átomo y sus peligros , pretender que se atesoren las experiencias dolorosas y que se corrijan errores, que los controles sean exigentes y la investigación y aplicaciones de la tecnología de la seguridad se desarrollen cada día mejor.
Pero también es necesario no perder el hilo de la racionalidad. Sin riesgos ni voluntad de afrontarlos, no se habría producido ningún progreso técnico-científico.
Ese progreso gracias al cual se ha desplomado la mortalidad infantil y las personas viven muchos más años. No hay dinamismo social posible que no comporte riesgos.
No es posible renunciar al átomo porque es vital diversificar las fuentes de energía , y la atómica, después del petróleo y el gas, sigue siendo la más importante. Ciertamente, el átomo comporta riesgos, pero se pueden reducir, y en todo el mundo se está obrando en tal sentido.