LA REPUBBLICA (ITALIA)
"Ningún país de Europa será dejado solo. Nadie será abandonado a su destino. Sabemos que el euro es nuestro destino colectivo y que Europa es nuestro futuro común".
Con un discurso solemne frente al Bundestag, Merkel trató de tranquilizar las ansiedades de los europeos en la víspera de la cumbre de la UE.
La canciller dice querer mayor integración de las políticas económicas, pero cree que una intervención es la extrema ratio. "No cometeremos el error de creer que la colectivización de los riesgos sea la solución, porque no lo es en absoluto".
Una referencia explícita a los eurobonos propuestos por el primer ministro luxemburgués, Juncker, presidente del Eurogrupo, y del ministro Tremonti. Así que Alemania llegó determinada a repetir su "no" a la cumbre. Hay muchos descontentos.
Está quien querría más, como Juncker, quien adelantó que propondrá los eurobonos, pero no espera que se llegue a ningún compromiso. Y quien, como la presidencia de turno belga, solicita, junto al Banco Central y al FMI, un aumento de los fondos salva-estados. Dos propuestas que Merkel ya ha rechazado explícitamente.
Los jefes de gobierno que se reúnen en Bruselas no pueden hacer mucho, bloqueados por el veto alemán a cada iniciativa que pueda obligar a Berlín a compartir los riesgos de los balances de los países cuyas cuentas están menos ordenadas.