Opinión

Editorial: Medio millón de empleos en juego

El recorte de infraestructuras que aborda Fomento, en el clima de austeridad que abraza ahora el Gobierno, puede suponer que medio millón de trabajadores engrosen las abultadas colas del paro, según estimaciones de CEOE. Algo que se materializaría en la oleada de ajustes de plantilla previstos en las grandes constructoras.

Si bien es cierto que España goza de un buen nivel de infraestructuras y que es lógico que el tijeretazo afecte también a este ámbito, resulta una lástima que de los 15.000 millones de recorte, 6.000 afecten a Fomento, especialmente en lo que se refiere a obras ya en marcha. La culpa no es del ministro Blanco, un gestor que ha dado un positivo vuelco a una cartera que venía de vivir sus horas bajas, pero ahora no le queda otro remedio que apretar el cinturón a sus proyectos.

La semana que viene detallará las inversiones afectadas. Se estima que unos 70 proyectos ya iniciados quedarán inconclusos y que se podría aparcar la ejecución de otros 400. Supone un varapalo para las expectativas de las constructoras en una coyuntura especialmente delicada para el sector. Pero lo peor es que el Ejecutivo vuelve sobre sus pasos y se deshace ahora de los objetivos que persiguió a través del Fondo Estatal de Inversión Local: crear empleo a través de la obra pública.

Cuando la tasa de paro rebasa el 20 por ciento y la construcción suma alrededor de un millón de parados, añadir otros 500.000 supone un brutal impacto para una economía maltrecha y con el consumo constreñido. Si Zapatero hubiera sido sensato con el gasto desde el principio de la crisis, hoy no encararíamos tan duros horizontes.

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