Opinión

Carmen Enríquez: Pasión ante la victoria de 'La Roja'

La euforia, el entusiasmo y la satisfacción de la Reina Sofía y los Príncipes Felipe y Letizia al alcanzar la Selección española la victoria en el Mundial de Fútbol es una prueba más del permanente apoyo de la Familia Real al deporte y a los deportistas españoles.

Ha sido una muestra de que ellos están siempre donde deben estar: con los ciudadanos españoles. Sufriendo cuando toca sufrir -y el domingo tocó sufrir mucho ante el juego sucio de los holandeses y por la errática trayectoria del jabulani, que parecía estar programado para todo menos para entrar en la portería-. Y saltando de alegría cuando por fin ese jugador sencillo, noble, genial y ejemplar, Andrés Iniesta, metió el balón en la red del equipo naranja.

La Reina, con su aplastante seguridad de que la Selección española iba a resultar vencedora, sin olvidar su exquisita delicadeza con el equipo neerlandés -del que dijo que jugaba muy bien, pero el español, mejor- ha sido fan destacada de La Roja. Expresando su entusiasmo ante todos, sin cortarse un pelo y dejando atrás la imagen de una monarquía hierática y protocolaria. Ella ha demostrado que siente y padece igual que los millones de españoles que han seguido día a día el camino triunfal de los jugadores españoles.

Los Príncipes, después de vivir la derrota del primer partido ante Suiza, no quisieron perderse la final.

Y en el estadio de Johannesburgo vimos a una pareja que, como el resto de los mortales, sufrió la tensión de la larga espera, llena de sustos y emociones, que culminó con la brillante victoria. Doña Letizia le estrujaba la mano a su marido. Y él, dado a morderse los padrastros, seguro que terminó con los dedos destrozados, pero feliz con el triunfo.

Al final, llegaron los abrazos: entre ellos, con la Reina, con los campeones... había merecido la pena confiar en La Roja.

Carmen Enríquez, periodista especializada en información de la Casa Real.

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