Opinión

Editorial: La economía cerca a Zapatero

Las dificultades económicas están cercando al Gobierno de Rodríguez Zapatero hasta el punto de variar la actitud del presidente. Las caídas en bolsa, la desconfianza de los mercados hacia todo lo que huele a España, que esta semana disparó de nuevo el escudo frente al impago (CDS) español, las presiones de la UE, las llamadas (al orden) de la canciller Merkel, de Barack Obama... todo ello configura un caldo de cultivo en el que el presidente Zapatero cada vez está más debilitado por la deriva de la situación económica y la constatación de sus yerros en la gestión de la crisis.

Desemboca en un quiebro en sus posturas y en una redefinición de la relación del Ejecutivo y la oposición. Ahora Zapatero llama a Mariano Rajoy, cosa antes impensable. Y Rajoy, por su parte, también ha cambiado de tercio frente al presidente. Muestra predisposición a llegar a pactos de Estado en asuntos sectoriales, como el reciente en materia energética -cuya congelación de tarifas ha despertado duras críticas-, o en su día respecto de las cajas de ahorros. No obstante, los pactos por áreas se tornan una buena opción siempre que se hagan bien. Desde su drástico no al duro recorte de gasto presentado por el Gobierno, Rajoy ha abandonado la actitud del no a todo.

Así, surge la posibilidad de alcanzar una serie de acuerdos sólidos en la que ambos limen asperezas en pro de la reactivación económica. Ante una crisis tan grave como la que atraviesa la economía española, este acercamiento Gobierno-oposición es positivo en la medida que supone aunar esfuerzos y adoptar las decisiones clave con el mayor nivel de consenso posible.

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