Opinión

Editorial: Cibersoldados, ¿en misión de austeridad?

La ministra Carme Chacón escenificó el martes junto a un cibersoldado el que será el Ejército del futuro en misiones de paz. Pero las 36 equipaciones recibidas se pueden quedar en anécdota si no se da el paso a la fabricación. El enemigo es el elevado coste.

Destinar una media de 60.000 euros a cada uno de los 7.000 soldados digitales que se necesitan supone que esta cibernética aventura costaría un mínimo de 420 millones, una gran osadía muy poco vendible cuando el Gobierno acomete el ajuste de gasto más duro de la democracia y escasea el dinero hasta para blindados.

Es cierto que España va retrasada en esta materia -Alemania ya puede equipar a 2.500 cibersoldados-, pero Defensa debe tomar mayor conciencia de la coyuntura y de la necesidad de abanderar la austeridad con un orden de prioridades.

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