El euro, la moneda, se debilita. A resultas de la crisis, la zozobra sobre Grecia y sus implicaciones, va camino de los 1,166 dólares, cambio al que nació en 1999. Si bien es algo que beneficia a economías exportadoras, como Alemania, no resulta tan ventajoso para España, que ve encarecer su factura energética.
Pero lo verdaderamente relevante es si el euro, la Unión, se está debilitando. No es tan preocupante la cotización de la divisa como la sostenibilidad de la Unión Monetaria, y para garantizarla se precisa de una real unión política. Sólo esta última granjeó el éxito a anteriores uniones monetarias. Y hoy las amenazas que se ciernen sobre el euro vienen en forma de una posible ruptura o de la eventual salida de alguno de sus miembros, no prevista por los tratados. Ésos son los problemas del euro, la zona.