El Ibex cayó ayer un 2,44 por ciento. Lo hizo afectado por malos datos económicos estadounidenses, por el temor a nuevas desinversiones tras la venta el pasado lunes del 2,5 por ciento de BME por parte de Santander y, sobre todo, por la ficha que movió Moody's. Se esperaba, pero ocurrió ayer: la agencia de calificación ha bajado el rating de nuestras participaciones preferentes. El motivo, un cambio de metodología que aísla la consideración de que los inversores recibirían ayuda gubernamental en caso de tener lugar una quiebra. Sin considerar ese punto, la incertidumbre se nivela con la que reina en la bolsa gritando vende España. Y... ¡cuidado! las emisiones están en perspectiva negativa y suenan tambores de nuevas rebajas de calificación crediticia. Vuelve la zozobra.