Hay que ver la última obra del maestro Clint Eastwood. Estrenada hace tan sólo unos días Invictus nos cuenta la decisión de Nelson Mandela, el héroe tranquilo, de apoyarse en el equipo nacional de rugby -compuesto totalmente por blancos y símbolo del apartheid- para unir a un país dividido y enfrentado como era Sudáfrica. Un sólo equipo, una sola nación, para ganar el futuro de todos. Este filme guarda algunas similitudes con la España actual, enfrentada a una de las mayores crisis de su historia.
Hay una escena en la que su compañera le dice: "Mandela, tu proyecto es muy arriesgado y estás poniendo en peligro tu liderazgo", y él responde: "No hacer nada es lo que pone en peligro mi liderazgo". Una frase que recuerda a la de Felipe González en plena crisis de los 80, cuando dijo a sus compañeros: "Si hacemos lo que debemos hacer tal vez ganemos las próximas elecciones, si no lo hacemos seguro que las perdemos".
¿Es esto lo que está pensando José Luís Rodríguez Zapatero? Después de dos años dando bandazos, por fin parece que empieza ha reaccionar espoleado por los mercados financieros. Reconoce que la situación es grave y el ajuste será doloroso. Proponer una serie de medidas de calado: reforma de las futuras pensiones, plan para recortar 50.000 millones de euros el gasto público, congelación salarial de los funcionarios, reforma laboral, plan de privatizaciones ?
Es decir, ha dado un golpe de timón a su política económica. ¿Por qué lo ha hecho? Por la misma razón que el General Franco aceptó el Plan de Estabilización en 1959, no hay dinero en la caja. Después de tomar la decisión es cuando se hace de la necesidad virtud.
Conociendo a Zapatero, ¡que tenga cuidado Mariano Rajoy! Le puede robar la cartera de la ortodoxia. Si el PP comete la torpeza de deslizarse por la pendiente populista puede terminar despeñándose y ZP puede volver a ser invencible. Aún queda mucho partido por jugar.
Mariano Guindal, periodista económico.
