Opinión

Mayor Oreja: "España posee una cola de parados que suma la de Alemania, Francia e Italia juntas"

Las elecciones europeas del domingo 7 de junio tienen para España una especial trascendencia. Los españoles tienen en su mano la posibilidad de abrir una nueva etapa política, como sucedió en las elecciones europeas de junio de 1994, en las que obtuvo la victoria el Partido Popular. Tienen la posibilidad de inaugurar una etapa cerrando un ciclo político, en este caso el ciclo de Rodríguez Zapatero.

España necesita que alguien tome de verdad las riendas de su economía. Necesitamos reformas que fomenten el empleo, porque no es posible que una sociedad soporte durante mucho tiempo 4 millones de parados de los que el 84 por ciento no están recibiendo ningún tipo de formación para volver algún día a integrarse en el mercado laboral.

La necesidad de un gran pacto

Necesitamos medidas para reducir la temporalidad de los contratos, como hicimos cuando gobernaba el Partido Popular, poniendo coto a los contratos basura y reduciendo la temporalidad de los empleos. Y todo ello debe hacerse con un gran pacto con los agentes sociales. No aceptar estas reformas significará para España un suicidio. Nunca recuperaremos el prestigio que teníamos en la Unión Europea hasta que no dejemos de ser los mayores creadores de desempleo.

El abandono de la senda de reformas económicas por parte del Gobierno de Rodríguez Zapatero en los últimos cinco años ha provocado que hayamos caído en barrena en todas las clasificaciones de las organizaciones internacionales en términos de libertad económica, de creación de empresas o de educación.

España, a la cola

El resultado está a la vista: somos una de las economías europeas con menor competitividad, con menor productividad y con una cola de parados que suma las de Alemania, Francia e Italia juntas. Los parches que ha aplicado el Gobierno de Rodríguez Zapatero sólo han tenido como resultado aumentar el déficit y la deuda, hipotecando el futuro de los jóvenes españoles.

Tampoco parece muy avanzado el supuesto cambio de modelo productivo que promete el Gobierno, después de haber perdido para el periodo 2007-2013 más de dos tercios de los fondos europeos que recibimos en el periodo anterior (2000-2006) y que negoció José María Aznar. Ni siquiera ha sido capaz de presentar proyectos para recibir las ayudas del Fondo Tecnológico con el que nos compensaron, en parte, la pérdida del fondo de cohesión.

Si no hay pronto un plan de ajuste presupuestario para frenar el despilfarro público y si no introducimos objetivos para estabilizar los presupuestos del Estado, lo más probable es que no logremos que los inversores vuelvan a confiar en la economía española y estaremos ensombreciendo, aún más, el futuro de varias generaciones de españoles.

La primera velocidad de Europa

A nada de todo eso parece dedicar atención el Gobierno de Rodríguez Zapatero, que ha perdido el tiempo primero en negar la crisis y luego en echar la culpa de ella a los demonios particulares de la izquierda más radical, buscando el rédito electoral a corto plazo.

Por todas estas razones, el próximo 7 de junio, los españoles tienen la oportunidad de declarar en las urnas que quieren un cambio de ciclo político y que quieren abrir una nueva etapa que devuelva la esperanza a todos. Hará falta esfuerzo y dedicación. Pero si hace poco más de una década la sociedad española supo emplearse para entrar en la primera velocidad de Europa, estoy convencido en que una vez más tendrá la fortaleza y la sabiduría de girar el timón para volver a colocar a nuestro país en el lugar que se merece entre las grandes potencias europeas.

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