El acuerdo impulsado por la OCDE para aplicar un tipo mínimo del 15% en Sociedades sobre las multinacionales no se trasladará a la realidad, al menos, hasta dentro de dos años.
El escepticismo inicial sobre el recorrido de la propuesta se confirma ante la difícil negociación parlamentaria que esta medida afronta en cada país. En la UE, el veto de Polonia vuelve a bloquear los avances, mientras en Estados Unidos la decisión del presidente Joe Biden de incluirlo en su polémica reforma fiscal impide su aprobación en un Congreso dividido. En un contexto de incertidumbre como el actual, resulta lógico que los estados se inclinen por frenar una armonización que coarta su capacidad de ser más competitivos en materia impositiva.
