Ada Colau prefiere los veleros a los museos
Contra viento y marea -nunca mejor dicho- el Ayuntamiento de Barcelona defiende la candidatura a albergar la Copa América de Vela de 2024. Esto quizá no sería tan sorprendente si la alcaldesa promotora de la idea no fuera Ada Colau, que siempre ha vendido el carácter social de su gestión. Aunque el gran problema no es si los veleros son de izquierdas o derechas, sino el beneficio real que aporta a los ciudadanos una competición que, en términos económicos, ha sido desastrosa para las arcas de las ciudades que la han albergado, como fue el caso de Valencia. Mientras Colau hace cábalas con las cifras para convencer del gran negocio que supone el evento, muchos llaman la atención sobre la negativa del consistorio a otros proyectos muchos más interesantes y que elevarían la imagen de la Ciudad Condal. Uno de los más sonados fue la instalación de la sede barcelonesa del museo Hermitage -se comparaba con el Guggenheim de Bilbao-, que naufragó hace dos meses tras ser torpedeado activamente por el Ayuntamiento.
Los 'amigos militares' de Iglesias no dan ni una
Cuando uno ha sido vicepresidente del Gobierno con silla en la comisión del CNI, se le presupone cierto entendimiento de las claves geopolíticas. Pero Pablo Iglesias se ha encargado de desmentir esa idea con sus análisis sobre la guerra en Ucrania. A principios de marzo, recién iniciado el conflicto, aprovechó el podcast que Jaume Roures le deja hacer en Público para decir que apoyar al Ejército ucraniano era inútil y el armamento acabaría en manos del propio Vladimir Putin. Para reforzar su argumento, se encomendó a la autoridad de unos supuestos "amigos militares" suyos. Evidentemente, el vídeo de tan acertado vaticinio arrasa en redes sociales, donde le comparan con otros destacados expertos como Beatriz Talegón.
España vuelve a salir de marcha por las noches
Buenas noticias para los bares y discotecas: la Semana Santa ha reactivado el ocio nocturno. Tras la parálisis de 2020 y los datos para olvidar de 2021, el sector habla de niveles que se sitúan entre el 80% y el 90% de los alcanzados en 2019. Las localidades costeras han sido las más beneficiadas por la reaparición de los turistas internacionales. Aun así, el sector no es triunfalista y solo habla de "balón de oxígeno" hasta el despegue pleno de la temporada turística. Mientras, invitan a la prudencia. De hecho, las patronales instan a no bajar la guardia con el Covid y mantener el uso de las mascarillas en interior.