
El declive de Podemos aviva la lucha interna
Nadie puede decir que los resultados electorales de Podemos en Castilla y León hayan sorprendido, ni siquiera en el seno de la propia formación morada. Desde la derrota de Pablo Iglesias a manos de Isabel Diaz Ayuso, hay consenso en que la marca está gastada y hay que revitalizarla. Al hilo de este diagnóstico se entiende la demora de Yolanda Díaz a la hora de definir ese proyecto de izquierdas con el que pretende concurrir como candidata a las generales. También sus reparos a la hora de participar en una campaña electoral autonómica en la que no quería quemarse. Pero esto está provocando tensiones cada vez más evidentes entre ella y las otras dos líderes tras la marcha de Iglesias: Ione Belarra e Irene Montero, que exigen celeridad y claridad para reconquistar a su electorado, manteniendo los ejes de su discurso y, ante todo, su Ejecutiva. Algo que la ministra de Trabajo ve cada vez más complicado. "El problema es que en Podemos hay más politólogos que políticos y no ven que los votantes ya no son los mismo que hace cinco años", advierten los partidarios de la gallega. Pero sus adversarias consideran que el batacazo en Castilla y Léon refuerza sus tesis: el nulo efecto Díaz en las urnas demuestra que el votante no entiende la nueva estrategia de Unidas Podemos ni a quien la dirige. El choque en el seno de la formación se considera ya inevitable.
La factura del espionaje de Òmnium Cultural
El Tribunal Constitucional se pronunciará estos días sobre la sanción a Ómnium Cultural por recabar datos ideológicos de 1,2 millones de personas a través de una encuesta en los días previos a la consulta del procés de 2015. A pesar del recurso presentado, la organización independentista lo da por perdido, lo cual supondrá tener que pagar 200.000 euros y la inviabilidad de su proyecto. Tras el abandono de Joan Cuixart como presidente, la sensación es que la aventura ha concluido. Y lo que más duele, según cuentan cercanos a su nueva cúpula, es que sea por "haber espiado a los catalanes".
Ómicron también hunde al turismo canario
Las Islas Canarias, epicentro del turismo de otoño e invierno gracias a su clima, también han sucumbido a la variante ómicrón, con una caída del 50% su facturación hotelera. Ni siquiera la histórica erupción volcánica de La Palma ayudó a atraer turistas, pese a los primeros pronósticos. Ahora confían en reflotar la situación con la Semana Santa, la misma tabla de salvación a la que se agarra el sector en el resto de España.