Yolanda Díaz fija el 7 de febrero como fecha para empezar a negociar una nueva subida del SMI. Resulta evidente que con esta estrategia trata de ganarse el apoyo de ERC a la reforma laboral.
No está claro que la vicepresidenta logre con ello dicho apoyo. Pero lo que sí es seguro es que vuelve a abrir la puerta a ahondar el rápido e intenso crecimiento que el SMI muestra desde 2018, con los problemas que eso supone por los efectos de segunda ronda que genera en el conjunto de la negociación colectiva. Más aún en un momento tan delicado como el actual con la inflación en máximos. Por ello, un nuevo aumento del SMI solo supondrá un nuevo obstáculo para la creación de empleo al propiciar un incremento de los altos costes laborales que afrontan las empresas.
