Las últimas estimaciones de crecimiento de los organismos internacionales para 2022 ya incluyen el impacto de ómicron. Estiman que la cepa recorta un punto a las previsiones, lo que sitúa a España con un crecimiento del 4,5% para el próximo año.
Con todo, los más pesimistas consideran que la sexta ola puede llevarse hasta el 2% de la mejora del PIB en la OCDE. No cabe tildar de alarmistas estos recortes. Al contrario que al inicio de la pandemia, las nuevas oleadas están teniendo impactos mucho menos severos en el gasto, por las menores restricciones. Debido a ello, la demanda persiste, lo que puede prolongar las interrupciones de suministro y mantener elevada la inflación. Todo ello provoca que ómicron genere aún muchas incertidumbres.