Opinión

Se habla de la parálisis de los juzgados, las vacaciones del Gobierno y el oro de 'La Casa de Papel'

El otro motivo que paraliza los juzgados

El colapso de la Justicia en España no se debe únicamente a la falta de magistrados ni a la incapacidad de los políticos de ponerse de acuerdo en reforzar uno de los pilares fundamentales del Estado de Derecho. La cada vez mayor falta de profesionales en los juzgados de instrucción está provocando un perjuicio enorme a la propia Administración y a las víctimas. Y resulta especialmente incomprensible en casos como el de los psicólogos. Se comenta con pasmo que apenas hay tres en los de Madrid y que las llamadas al Ministerio de Justicia, que dirige Pilar Llop, para que ponga remedio no reciben respuesta más allá de los habituales "somos conscientes" y "estamos trabajando en ello", sin que se vean avances reales al respecto. Mientras, los juicios se retrasan a plazos que ya superan el año por la falta de unos informes imprescindibles para evaluar el estado de las víctimas. Unas víctimas que, además, se ven obligadas a pasar por unas pruebas que en muchos casos les hacen revivir situaciones traumáticas sin que vean que sirvan para nada, porque unos meses después tienen que repetir el proceso.

Ómicron no deja al Gobierno sin vacaciones

Pareciera que lo de convocar dos Consejos de Ministros semanales en diciembre ha funcionado tan bien que ya no hay que preocuparse por el repunte de la pandemia ni la variante ómicron. Sólo así se explica que Pedro Sánchez haya anunciado a su gabinete que el "chiringuito" se cierra el 28 de diciembre y hasta después de Reyes no se vuelve a abrir. En Moncloa dicen que el Gobierno no se toma vacaciones –siempre hay mítines– pero de puertas para dentro se teme las consecuencias de este "mutis" en un momento en el que Sánchez convoca la Conferencia de Presidentes para analizar nuevas restricciones.

La 'Casa de Papel' lanza al oro contra el 'Bitcoin'

El éxito de 'La Casa de Papel' en Netflix ha sido tan enorme como exagerado su argumento para los economistas. Pero ha despertado la curiosidad sobre el oro como vehículo de inversión entre los jóvenes. Hasta tal punto que algunas plataformas empiezan a hablar de una migración entre los traders menos experimentados desde comprar Bitcoins a adquirir lingotes. El problema es que es una inversión compleja y no apta para novatos, y sujeta también a posibles fraudes para los que quieren saltar de las criptomonedas a contar quilates sólo porque se ha puesto de moda. "El oro es un valor refugio, sí, pero para los que saben refugiarse", recuerdan los expertos bursátiles.

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