Roures echa leña al fuego de Unidas Podemos
Jaume Roures se ha subido al tren de Yolanda Díaz, como en su momento hizo con el de Pablo Iglesias, y esto está despertado recelos entre los históricos de Podemos. El empresario catalán invitó ayer jueves a la vicepresidenta y ministra de Trabajo a un evento de su diario, Público, en el que se habló de transición hacia el futuro del trabajo. Al evento también acudió Unai Sordo, secretario general de CCOO, pero ningún miembro de la actual Ejecutiva morada liderada por Ione Belarra, ni siquiera los que forman parte del Gobierno. Se comenta que Roures ni siquiera invitó a miembros de Podemos con la excusa de que "no tocaba" al ser un acto estrictamente de laboral, lo que no ha convencido, ni mucho menos, a los altos cargos del partido morado. Muy al contrario ven en todo ello "una nueva muestra del oportunismo" de quien más hizo para catapultar a Iglesias y a los suyos al estrellato político. La jugada poco ha hecho para suavizar la tensión centrífuga en el seno de un partido en el que el baile de marcas entre Podemos, Unidas Podemos, el nuevo proyecto de Díaz y la "bicefalia" con Belarra desconcierta cada día más a militantes y votantes.
Moncloa, molesta con el 'invisible' Castells
A estas alturas en Moncloa están más que acostumbrados a la "invisibilidad" de Manuel Castells, el ministro más huidizo del foco mediático pese a ser el responsable de una reforma de las Universidades que se le está atravesando cada día más. Pero lo que está rebasando las línea roja es que encima "presuma" de ello dando plantón reiterado a todos los actos institucionales que se asoman por su agenda. El último, la conmemoración del Día de la Constitución, en el que no fue el único ministro ausente –Nadia Calviño y Yolanda Díaz estaban en sendas cumbres en Bruselas– pero sí el que no lo justificó de manera alguna. Dicen que Pedro Sánchez tomó buena nota de esta nueva ausencia del ministro Castells.
El 'super' seguirá retando a la restauración
Los supermercados no dan por perdida la batalla contra los bares. Tras un año como el actual en el que la distribución no ha notado en sus cuentas el efecto de las restricciones que sí han impactado en la hostelería y el ocio nocturno, el sector espera que las cosas sigan por el mismo camino en 2022. Las empresas tienen claro el motivo. "El consumidor le ha encontrado el gusto a tomarse una cerveza en casa antes que pagar tres veces más en un bar". Un plan que esperan que seduzca a más gente si la inflación obliga a la hostelería a subir precios.