
Al igual que hizo recientemente con los grandes cables submarinos, el Gobierno también incentivará la inversión en satélites, mediante la eliminación de trabas burocráticas. De hecho, el Ejecutivo va más allá y cederá a las empresas el uso del espectro para las infraestructuras digitales transfronterizas.
Se trata de una medida adecuada, que llega además en un buen momento al coincidir con el impulso de un nueva generación de pequeño satélites menos costosos y más fáciles de lanzar al espacio. Por todo ello, el mero hecho de que España trate de posicionarse como un hub de datos de un nuevo sector tecnológico es adecuado. Convertirse en el "Houston europeo" de los satélites facilitará la llegada de inversión de alto valor añadido y de empleo de calidad.