
El bajo rendimiento de los nuevos impuestos aplicados desde 2021 hace que surjan dudas en Hacienda no sólo sobre sus cálculos de recaudación para este año sino también para los futuros Presupuestos de 2022.
El Gobierno se choca así con una realidad que fue prevista, en un mes ya tan lejano como el pasado noviembre, cuando la AIReF rebajó de 6.000 a 4.000 millones el rendimiento conjunto de tributos como la tasa Tobin y la tasa Google, y volvió a recortar ese pronóstico en abril de este año. Su implantación, en plena crisis, no sólo ha resultado dañina para amplios sectores, como las pymes que son las que están soportando en realidad gravámenes como la tasa Google. Además, su escaso rendimiento provocará desviaciones en las previsiones de déficit y deuda públicos.