La caída de Rovi en bolsa iniciada la semana pasada continuó ayer, después de conocerse que Japón retiró más lotes de la vacuna que el laboratorio español fabrica, tras la muerte de dos personas que recibieron ese fármaco.
Sin duda, está por demostrase que haya una relación de causa-efecto entre los dos hechos; es más, Tokio mantiene el suministro de las vacunas de Moderna que Rovi fabrica. Resulta así posible un desenlace positivo del caso, lo que lleva a los analistas bursátiles sus consejos de compra sobre la farmacéutica española. Pero eso no significa que Rovi pueda confiarse y mantener el silencio que la caracteriza desde que se descubrió que uno de sus lotes de vacunas estaba contaminado. Es necesario que cuanto antes dé detalles de su investigación interna para tranquilizar al mercado.
